terça-feira, 1 de maio de 2007

O lugar social do livro no século XIX, segundo Ortega y Gasset (1883-1955)

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Pues bien, la Revolución francesa había dejado tras su melodramática turbulencia, transformada la sociedad europea. A su antigua anatomía aristocrática sucedió una anatomía sedicente democrática. Esta sociedad fue la consecuencia última de aquella fe en el libro que sintió el Renacimiento. La sociedad democrática es hija del libro, es el triunfo del libro escrito por el hombre escritor sobre el libro revelado por Dios y sobre el libro de las leyes dictadas por la autocracia.

La rebelión de los pueblos se había hecho en nombre de todo eso que se llama razón, cultura, etc. Estas vagas entidades vinieron a ocupar en el corazón de los hombres el mismo puesto central que antes había ocupado Dios, otra entidad no menos vaga. Hay una extraña propensión en los hombres a alimentarse, sobre todo, de vaguedades.

Ello es que, hacia 1840, el libro no es ya necesidad meramente en el sentido de ilusión, de esperanza, sino que, cesante Dios, volatilizada la autoridad tradicional y carismática, no queda más instancia última en que fundar todo lo social que el libro. Hay, pues, que agarrarse a él como a una roca de salvación. El libro es socialmente imprescindible. Por eso es la época en que surge el fenómeno de las ediciones copiosísimas. Las masas se abalanzan sobre los volúmenes con una urgencia casi respiratoria, como si fuesen balones de oxígeno.

La consecuencia de esto es que por vez primera en la historia occidental se hace de la cultura una ragione di Stato. El Estado oficializa las ciencias y las letras. Reconoce el libro como función pública y esencial organismo político. En virtud de ello la profesión de bibliotecario se convierte en burocracia – por una razón de Estado. (...)

Excerto de José Ortega y Gasset, Misión del bibliotecario. 2ª. ed. Revista de Occidente, Madrid, 1967, p. 76-7. Conheça mais do autor: http://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Ortega_y_Gasset

O texto de Ortega y Gasset, um filósofo espanhol considerado conservador, em que pese seu brilhantismo, aponta-nos para a importância do livro, e seus fundamentos, após o fim do Antigo Regime.

Vivemos, rara e raro leitor, em uma época em que o livro certamente perdeu sua aura e está, como algumas pessoas, encontradiço jogado pelas calçadas onde os passantes muitas vezes sequer olham nem para um nem para outras.

Aqueles que se sensibilizam diante dessa triste e complexa situação, poderão melhor enfrenta-la ou, ao menos compreendê-la, com maior conhecimento do lugar ocupado pelo livro em outros tempos. A leitura do ensaio que dá título a este volume de Ortega y Gasset muito enriquecerá os seus leitores. Todos, e não apenas os bibliotecários, a quem inicialmente foi dirigido como conferência de abertura do Congresso Internacional de Bibliotecários, em 20 de maio de 1935, em Paris.

No século XXI o livro deixou de ser “socialmente imprescindível”?
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Um comentário:

Anônimo disse...

O que é o lugar-social da leitura? Dê um exemplo?